Todos aprendemos de todos.
¿CÓMO SE ACOMPAÑA A LOS ALUMNOS EN LA ESCUELA DE VOCACIÓN?
El objetivo principal de esta escuela de vocación es acompañar el proceso personal de cada alumno para que cada uno de ellos salga de ella con un conocimiento grande de sí mismo y de lo que quiere hacer en adelante. Para ello necesita referentes sólidos, inspiración y confiar en quienes le acompañan. Esta compañía se crea a través de:
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Sus tutores de grupo: un hombre y una mujer por cada grupo de 15 alumnos.
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Un tutor personal.
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Los "hermanos mayores".
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Sus familias.
TUTORES DE GRUPO
Hay pedagogías que desde hace años han comprobado el enorme beneficio de que dos profesores de distinto sexo tutelen un mismo grupo (pedagogía Waldorf, Reggio Emilia, Escuelas democráticas, etc). Nuestra experiencia como profesores de alumnos de secundaria y bachillerato confirma el impacto positivo de este trabajo conjunto. Los alumnos tienen dos referencias complementarias y los profesores se sienten más seguros y estimulados con sus ofertas cuando surgen de esta compañía.
TUTOR PERSONAL
El acompañamiento individualizado se concreta en un consejero o tutor: persona adulta de referencia que el alumno tendrá durante el tiempo que esté en la escuela, ayudándole a resolver los problemas que puedan surgir. Dicho tutor hace de intermediario entre la familia y el alumno.
Creemos que esta compañía es el factor determinante en la formación integral del alumno y que puede enriquecerse con la interacción de muchas otras personas que no tienen porqué estar presentes en su día a día pero si de forma esporádica o temporal dentro de los proyectos que se realizan.
HERMANOS MAYORES
Los "hermanos mayores" son jóvenes que han hecho ese recorrido vital previamente y que conectan con ellos de forma inmediata.
La experiencia nos dice que los adolescentes y jóvenes que nos podemos encontrar en esta situación de desconexión o apatía están aburridos de recibir de los adultos consejos y más consejos y ya han dejado de escucharlos. Por eso, incluimos en nuestros talleres y debates jóvenes motivadores que ya hayan dejado atrás el colegio y que deseen participar en dichos encuentros para sumar su criterio y aportación para enriquecer el trabajo. A dichos jóvenes los llamamos “hermanos mayores” y estos pueden ofrecer sus propias clases o talleres a los chicos, u obtener prácticas sociales o laborales.
LAS FAMILIAS
El papel de las familias es fundamental pues son las que garantizan la continuidad del trabajo hecho con su hijo en la escuela. La experiencia nos dice que si los padres se quedan al margen del proceso que vive su hijo, tarde o temprano no podrán acompañarlo como es necesario. Por eso, su implicación total en este camino es un requisito fundamental para que el trabajo de la escuela dé el resultado buscado. Sabemos que los adolescentes, con sus apatías y comportamientos disruptivos, están pidiendo a sus mayores una apertura de miras y una mayor verdad. Sus llamadas de atención pueden ser muy dañinas para ellos y su entorno, por eso los padres deben ser orientados también para entender lo que sus hijos les están pidiendo con sus actitudes. Unas actitudes que debemos saber interpretar para no juzgar.
Igualmente estas familias son fuente de enormes recursos para esta escuela, pues muchos de los padres, madres, hermanos mayores, tíos u abuelos pueden suponer una ayuda muy grande, puntualmente o de forma continuada, a través de compartir sus experiencias, trabajos o dar soporte al grupo de alumnos.